Pareciera que el relato bíblico
del diluvio, que se encuentra en el libro de Génesis de la Escritura sagrada
judía, está marcando la psiquis de los islamistas. En aquel evento, Noé,
estando aún encerrado en el Arca, tomó una paloma y la envió a volar sobre las
aguas y ésta regresó con una ramita en su pico, trayendo así la información de
que las aguas del diluvio habían empezado a bajar de nivel y la tierra seca
cercana era anunciada por el ave, como señal de seguridad para la familia
escogida por Dios para que sobreviviera de aquel desastre ecológico que se
desató sobre el planeta.
Por diferentes medios noticiosos
se le ha informado al mundo, que las autoridades turcas detuvieron a un ave
migratoria proveniente de Israel en su paso hacia Europa o Rusia, sospechando
que la criatura era utilizada por los servicios secretos israelíes para el
espionaje en Turquía, posiblemente en Siria, Líbano o Irak, lógicas rutas trazadas
genéticamente en estos animales migratorios.
La infeliz avecilla perdió la
seguridad de la bandada en la cual se movilizaba en tan extenso, agotador y
peligroso viaje en ruta hacia el norte, quedando ahora a merced de los
imponderables naturales que la rodearán en su forzada estadía en territorio
turco. Las autoridades turcas son responsables de haberle conculcado los
derechos divinos de libre desplazamiento interterritorial al ave detenida
injustamente, emulando de esta forma a sus pares sauditas quienes hace 16 meses
atrás también detuvieron a otra ave migratoria <una cigüeña para ser más
exactos> bajo los mismos cargos de espionaje.
Esta acción es preocupante porque
pone en evidencia la paranoia de quienes fundamentan sus políticas nacionales
en sueños de dominación mundial a largo plazo, alimentados estos sueños por
enseñanzas religiosas extremistas. Los islamistas están seguros de que Alá les
ha mandado a destruir a todo aquel que no lo reconozca como el único dios y a
Mahoma como su profeta, para de esta forma hacer que exista una sola religión
en el mundo y que todo ser humano que sobreviva a la islamización del planeta
sea musulmán.
Como los musulmanes creen que
Dios desechó a los judíos para escogerlos a ellos para dominar sobre la tierra;
toda ave proveniente de Israel, que vuele sobre territorio musulmán, es una
amenaza a sus planes de dominio mundial, máxime en estos tiempos del despertar
islamista radical. La detención arbitraria de una ciudadana mundial <porque
las aves migratorias pertenecen al mundo; no tienen ciudadanías limitantes>
apuntan hacia una política de seguridad nacional que no se detendrá ante nada.
Considerando que en algunos
parlamentos árabes dominados por la creciente marejada islamista se ha estado
considerando legalizar la mutilación genital femenina, el matrimonio con niñas,
el coito de despedida post-mortem o declarar la carne de sirena “halal” o
alimento puro para los musulmanes; no sería de extrañar que veamos la aparición
de una legislación que considere a las aves migratorias como una amenaza a la
seguridad nacional, ordenando su exterminio por ser aliadas de los judíos y de
Occidente.
¿Quién podrá garantizar que en la
medida en que los islamistas radicales vayan apoderándose de los países
musulmanes, no se tomarán medidas extremas contra las aves migratorias? ¿Quién podrá
extender paz y tranquilidad a la comunidad internacional de aves migratorias de
que no serán exterminadas en tierras musulmanes bajo el cargo de ser viles
instrumentos del Sionismo Internacional?