En el libro Islam el Azote de Dios, identifico al islam y su
rama radical y extremista como el VI y
último Imperio Mundial que ha de surgir al final de los tiempos, antes del
eminente Retorno de Nuestro Señor Jesucristo. Por eso la necesidad de estar
atento a las señales de las cuales Él nos alertó.
A mi entender, el avance de los islamistas es una señal
inequívoca de que pronto se desencadenarán rápidamente <como la mujer cuando
está a punto de parir y sus dolores se tornan más frecuentes antes del gran
evento> los acontecimientos que darán a luz, entre otras cosas, al
aparecimiento del Anticristo, el Arrebatamiento de la Iglesia y el Retorno de
Jesucristo.
En la pg. Web de Heritage Libertad en el día de hoy se
publica un artículo interesante:Café
Hay un
montón de buenas noticias dadas por un alto cargo del Departamento de Estado.
Según esta fuente anónima, “la guerra contra el terrorismo ha terminado” y “las
personas que en algún momento podrían haber entrado en al-Qaeda ven ahora una
oportunidad para un islamismo legítimo”. Eso podría ser verdad si (y sólo si)
se acepta el punto de vista de la administración Obama sobre el mundo musulmán
y las consecuencias de la guerra en Afganistán; y si se cree que la ideología
islamista puede, de hecho, ser legítima.
La noticia
de esta nueva perspectiva llega desde la revista National Journal que
informa de que la Casa Blanca ha llegado a la conclusión de que “no tiene más
opciones salvo cultivar lazos con los Hermanos Musulmanes y otros grupos
islamistas ‘relativamente’ moderados que están surgiendo como los principales
actores políticos de la Primavera Árabe en Egipto, Túnez y otros países”.
Antes
incluso de considerar si la Guerra contra el terrorismo ha terminado, merece la
pena diseccionar la sorprendente afirmación del desconocido cargo del
Departamento de Estado sobre la naturaleza del islamismo. Aunque los islamistas
y los terroristas pudieran estar en desacuerdo sobre la estrategia (no todos
los islamistas afirmarían que la matanza de inocentes es aceptable), sus
objetivos son indistinguibles de los de al-Qaeda: una sociedad totalitaria que
carece de las libertades personales fundamentales, incluidas una justicia igual
para todos, libertad de expresión, libertad económica y religiosa. Argumentar
que eso es una ideología legítima está a la par con decir que el totalitarismo,
el fascismo y el comunismo son legítimos también. ¿Es esa verdaderamente la
visión que el presidente Obama desea adoptar?
El punto de
inflexión en la perspectiva del presidente, según Michael Hirsch, del National
Journal, llegó por “el doble impacto de la Primavera Árabe, que proporcionó
un nuevo medio de empoderamiento a los jóvenes árabes distinto a la yihad
violenta y la despiadadamente exitosa campaña militar de misiles lanzados desde
aviones no tripulados de Obama contra el peor grupo de yihadistas
violentos, al-Qaeda”. Pero exactamente ¿qué tan segura es esa suposición?
El analista
de la Fundación Heritage James Carafano dijo en enero que el final de la guerra
contra el terrorismo no ha de tener necesariamente un final definitivo. Incluso
aunque Osama bin Laden esté muerto y las tropas de Estados Unidos se estén
retirando de Afganistán, el enemigo aún permanece sobre el terreno, los
talibanes podrían volver a Afganistán y retomar el control de partes del país y
al-Qaeda podría continuar operando mientras extiende sus tentáculos en Medio
Oriente y el norte de África. Y es más, Estados Unidos sigue siendo un objetivo
y al menos 44 tramas terroristas relacionadas con el islamismo han sido
iniciadas y frustradas desde el 11 de septiembre. Incluso si el presidente
puede encontrar un final simbólico para la Larga Guerra, puede que no todo
resulte bien, aunque él podría pintarlo de esa manera. Carafano explica que:
“El final de
una guerra no siempre es una buena noticia absoluta. Especialmente si el modo
en el que acaba siembra las semillas de futuros conflictos.
Cuando los
americanos abandonaron Vietnam del Sur en 1975, se pagó un alto precio. Los
soviéticos interpretaron la salida americana como una señal de que Estados
Unidos estaba en retirada.
El Kremlin
redobló sus esfuerzos en el programa de fabricación de armas nucleares, sembró
la disidencia en Europa Occidental, instigó las insurgencias en Sudáfrica y en
el resto de África, financió atentados terroristas transnacionales contra
Estados Unidos e invadió Afganistán. El mundo se convirtió en un [lugar] más
peligroso después de que huyéramos de Vietnam.
Un Irán
beligerantemente agresivo…una Rusia antidemocrática…una China expansiva…un
novato “Querido Líder” en Corea del Norte…amenazas permanentes por parte de los
narcoterroristas y los terroristas islamistas…hay todo tipo de indicios de que,
cuando se acaben los cuatro años de Obama, el mundo será un lugar
potencialmente mucho más peligroso de lo que era cuando él ocupó el cargo.
Cualquier
imagen icónica que venga a marcar el final de esta Larga Guerra, puede que
también sea vista como el presagio de la siguiente”.
Es
comprensible que al presidente le gustase declarar que la Guerra contra el
terrorismo ha terminado, especialmente bajo su mandato. Pero una victoria
simbólica podría ser una victoria pírrica si Estados Unidos da la espalda a la
amenaza islamista que permanece en Medio Oriente.”
En la pg. 13
del libro escribo para inicios del año 2011, apoyado en el entendimiento dado
por Dios de las profecías, cuando los analistas
y expertos internacionales sobre Medio Oriente estaban sorprendidos y
confundidos sobre el rumbo que tomarían las revueltas en los países árabes, lo
siguiente:
“A mi entender, estas agitaciones sociales en los
países árabes, corresponden a señales proféticas que apuntan hacia un cambio
radical en estas naciones. Por muchos años, la mayoría de estos gobernantes,
han ejercido un control absoluto de sus gobernados, mediante la conculcación de
sus derechos humanos más básicos, amparándose algunos en aparatos policiacos
represivos y en la sumisión propia de los musulmanes a sus autoridades, de
acuerdo a las enseñanzas del Islam. Muchas profecías señalan que para el fin de
los tiempos, se levantará un poder político- militar-económico-religioso en la
región de Oriente Medio, formado por diez naciones árabes-musulmanas, que
emprenderá el sometimiento de las naciones del mundo al Islam y buscará la
destrucción final de Israel.
Estoy convencido de que estas exigencias de
cambios políticos y sociales, acompañados con sangre derramada en abundancia,
desembocarán finalmente en el control por las fuerzas islamistas radicales de
los gobiernos derrocados, y, el surgimiento de Estados islámicos en los cuales
se impondrá la Sharia o ley islámica. Hoy las naciones occidentales, lideradas
por USA y UE, procuran por todos los medios a su alcance, encarrilar las
protestas en estos países hacia modelos democráticos de corte occidental o como mínimo, hacia el modelo de gobierno turco.”
La noticia en consideración nos habla de que USA
ha aceptado que los islamistas están cambiando Medio Oriente y es mejor
mantener con ellos los canales diplomáticos y comerciales abiertos, apostando a
que ellos sustituirán la opción terrorista de la rama extremista de estos
fundamentalistas. Yo creo que la cara moderada de estos islamistas es un medio
para obtener el poder en estas naciones. Poco a poco o autoritariamente
impondrán la ley islámica o sharia y gravitarán hacia la conformación de las
diez naciones mencionadas en el libro de Daniel y el Apocalipsis, para darle su
poder y autoridad al Anticristo o al Desolador.
En la medida en que los islamistas se apoderan de
estas naciones, se irán distanciando cada vez más de la tolerancia hacia Israel
y el odio acumulado en el corazón de estas poblaciones enseñadas a odiar a
Israel desde la temprana edad, irá en aumento hasta moldear las relaciones
internacionales con esta nación.
Las profecías para Israel del libro de Daniel y
para los cristianos en el Apocalipsis, se desarrollan ante nuestros ojos.
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