miércoles, 6 de junio de 2012

EL NUEVO PACTO DE DIOS

por Emmanuel Garcia
NUEVO PACTO DE DIOS
¿El islamismo? ¿El cristianismo? ¿Judaísmo mesiánico?
Interesante comentario al artículo “Terror islamista a las aves”, escrito por Tara Ram, musulmán convencido, quien cita el libro a los hebreos que se encuentra en el Evangelio o Nuevo Testamento, me ha animado a compartir algunas letras.
He aquí su comentario:
         as salam alaikum. En hebreos VIII Dios aclara que deja sin vigencia los libros dictados a los pueblos que no obedecieron el pacto con el, y promete el envío de un nuevo libro o nuevo testamento que no son los cuatro evangelios y apocalipsis, toda vez que se aprenderá de memoria y sus mejores creyentes lo guardaran en el corazón, esto esta escrito en los libros de la biblia no es invento de los musulmanes y dice que quien reciba ese libro lo llamara "su pueblo amado", en otros documentos del mismo libro anuncia que las filas serán rectas y prietas, no es una invención de los musulmanes pues esta en el talmud, en la biblia, igual dice que el mesías para el mundo occidental o cristiano es la segunda venida, y aclara que ese mesías militar nacerá en arabia, da los rasgos físicos y también se predice los dos cuernos de la abundancia o dos ungidos al final de los tiempos, y su segunda persona ungida se le conoce en la biblia y el talmud como la mujer sol o estrella de Jacob, por su esplendor, Teresa de Ávila en sus poesías habla del zagal guerrero y la zagala de esplendor, los dos son monoteístas o musulmanes para el caso es indiferente, solo vienen al final de los tiempos y tengo 63 años de vida, pase por todos los credos pese a ser monoteísta a los 8 años por decisión voluntaria sin confesarlo a ninguna persona, y eduque dos hijos monoteístas y practican otra religión, así pues no es invención de musulmanes para gobernar el mundo
 La Palabra de Dios es disputada por las tres religiones monoteístas, aunque los musulmanes y judíos consideran a los cristianos politeístas por creer en un solo Dios y tres personas distintas o Trinidad.
A los musulmanes, según tara ram, se les enseña, que ellos son los beneficiarios del Nuevo Pacto que fue prometido por Dios. Los judíos creen que ese Nuevo Pacto se cumplirá cuando el mesías establezca a Israel como cabeza de naciones y los cristianos creemos que el Nuevo Pacto se cumplió con la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Comparto lo que creemos los cristianos, extractado del libro a los Hebreos, quienes pareciera es citado por musulmanes para fundamentar que el islam es ese nuevo pacto, pero rechazado de plano por los judíos.
Según creemos los cristianos, el Nuevo Pacto abarca un nuevo sacerdocio, el sacerdocio de Melquisedec, Rey de Salem, que es un sacerdocio eterno, del cual Jesús es declarado Sacerdote Eterno.
“Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.
 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.  
Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.  Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.  Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;  los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor,
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
No como el pacto que hice con sus padres
El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
Porque ellos no permanecieron en mi pacto,
Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
Y ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde el menor hasta el mayor de ellos.
Porque seré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.
…. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,  y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.  Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.  Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.  De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.  Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,  diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.  Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.  Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.  Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;  y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.  De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,  así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.  De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado.  Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados;  porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste;
Mas me preparaste cuerpo.
 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para
hacer tu voluntad,
Como en el rollo del libro está escrito de mí.
Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley),  y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.  En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;  pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,  de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;  porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.  Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
 Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,

añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,  y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,  acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;  no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
  Al final de todo, los islamistas creen a pie juntillas que ellos son, según afirma tara ram, los únicos beneficiarios del Nuevo Pacto, y que el mesías esperado por ellos es un militar, entendiendo que vendrá a hacer la guerra en nombre de Alá, contra aquellos que no obedezcan la religión dictada por él.
En mi libro Islam, el Azote de Dios, ahora disponible en amazon.com, desarrollo este tema sobre el enfrentamiento de los mesías de las tres religiones monoteístas, que se dará al final de los tiempos, tiempos que estamos viviendo.  

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