Hace poco en la Knesset, un
miembro del partido Halhud HaLeumim, el diputado Michael Ben-Ari, expresó su
radicalismo religioso, desgarrando un ejemplar del Evangelio que le fue
regalado, y pronunciando estas palabras: “Este libro abominable promovió el
asesinato de millones de judíos durante la Inquisición y los autos de fe… no
hay duda de que este libro…pertenece a la basura de la Historia.”
Actos como el descrito, son
dignos de un análisis profundo para entender el actuar de hombres cautivos del
extremismo religioso o cualquier otra forma de extremismo. No dudo de que lo
sucedido en el parlamento israelí cuenta con la aprobación bulliciosa o
silenciosa de muchos en Israel y en el mundo judío. El hecho retrata parte de
la cultura o el sentimiento judío, quienes se han sentido hace cientos de años,
perseguidos y atropellados por quienes se decían y dicen seguidores de Cristo.
El mundo vive hoy las
consecuencias del extremismo religioso de grupos cada vez más nutridos, de
islámicos ultra derechistas, que asesinan sin ningún tipo de miramiento, a
criaturas inocentes que son el objeto de sus odios, como es el asesinato de 7 u
8 jóvenes judíos que vacacionaban en Bulgaria; o, de inocentes feligreses que
asistían a sus iglesias en Nigeria o Mali. Este extremismo es una muestra
fehaciente de lo que significa ser esclavo de la rigidez religiosa, que en
nombre de un ser supremo, asesina con
fervor entusiasta a sus semejantes.
Así como hoy el extremismo
islámico se extiende por el mundo; en la antigüedad el extremismo religioso de
la iglesia Católica Apostólica Romana, cobró incontables víctimas inocentes que
sucumbieron en nombre de un Cristo desconocido y desfigurado por la ignorancia
y el fanatismo eclesiástico de la época.
En la época de la Inquisición
era pecado leer la biblia y el solo hecho de tenerla era causa de muerte.
Justamente por haberse mantenido alejada la biblia de la sociedad, ésta cometió
infinidad de atrocidades en nombre de Cristo. Aún entre los mismos sacerdotes,
muy pocos leían la biblia y, qué decir de comprenderla.
Jesús mismo, quien fue el objeto
del extremismo religioso de los líderes judíos de su época, los perdonó en la
cruz y oró por ellos pidiéndole a Dios Padre los perdonara y no les tomase en
cuenta ese pecado de ignorancia. Enseñándonos a sus seguidores, a mantener el
mismo espíritu de tolerancia y comprensión hacia aquellos que actúan bajo la
ceguera espiritual, aunque sean líderes religiosos y guías de gente en los
terrenos del espíritu.
En la psiquis del pueblo judío,
pareciera estar arraigado el pensamiento de que las atrocidades a la que fueron
sometidos a través de los últimos 1900 años, se debieron a lo que enseña el
Evangelio. Sin temor a equivocarme, considero que esta no es una lectura
apropiada de la Historia, tampoco del Evangelio, si es que se toman la molestia
de leerlo.
Si bien la mayoría de los países
en la que vivieron y aún viven durante la última diáspora, se les denomina
cristianos, por ser de mayoría de confesión de esta religión, habría que
preguntarse si en realidad ¿eran naciones cristianas?, ¿dominadas por las
enseñanzas del Evangelio o las enseñanzas de la Iglesia Católica Apostólica Romana?.
O en el caso de Alemania y Norteamérica, ¿eran naciones cristianas?, ¿dominadas
por las enseñanzas de la iglesia Protestante, o por el Evangelio?
He leído y escudriñado una
infinidad de veces el Evangelio y no he encontrado ninguna sola línea que me
enseñe a odiar, perseguir, matar o destruir a los judíos. Lo que sí he
encontrado es el relato <de hechos históricos> del rechazo de los
dirigentes religiosos del pueblo judío de la época, a las enseñanzas de Jesús y
a su persona, por causa de un comportamiento fuera de toda ortodoxia, como la
de sanar enfermos en sábados, comer con recaudadores de impuestos, aceptar las
muestras de reconocimiento y gratitud de una mujer pecadora, cuando le lavó los
pies con sus lágrimas y los ungió con alabastro, y por llamarse Hijo del Hombre,
hacerse igual a Dios al declarar que El
y el Padre Uno son y aceptar ser el Mesías esperado por los judíos.
También está el registro
histórico del juicio amañado de Jesús en el cual se le condena a muerte a mano
de las autoridades romanos, instigadas por las autoridades religiosas judías,
quienes querían deshacerse de este hombre tan incómodo. En ninguna parte
encontré en las páginas del Evangelio ninguna condena a las autoridades judías
por la muerte de Jesús; pero, lo que sí encontré fueron muchas referencias a
que “así tenía que suceder para que se cumplieran lo que está escrito de
Jesucristo en las Escrituras Judías”.
Creo que la ignorancia de este diputado, en
cuanto al mensaje del Evangelio, lo lleva a cometer actos sin sentido y
provocadores de rechazo, porque el Evangelio es transformador de vidas, porque
es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.
Puedo dar testimonio de que en
mis años mozos, estaba empapado de un sentimiento antisemita, pero no por
ninguna enseñanza de alguna iglesia, fuese católica o protestante, sino por la
clase de lectura a que le dedicaba mi tiempo, entre ellos Mi Lucha de Adolf
Hitler. Cuando vine a los pies de Cristo, reconociéndole como mi Salvador y
redentor, quien murió en la cruz en mi lugar y llevó sobre sí mis pecados,
recibiendo la ira de Dios que debía recaer sobre mí a causa de vivir ofendiendo
a Dios con mis actos, tuve una gran hambre por conocer la Palabra de Dios y
empecé a leer las Escrituras Sagradas de los judíos y el Evangelio, en ese
orden, y mi corazón empezó a ser transformado, y el menosprecio que abrigaba
por los judíos fue cambiando por un gran amor, agradecimiento y admiración por
el pueblo escogido.
Tanto en la Torá, en los
profetas y en el Evangelio, aprendí que ese es el pueblo amado de Dios y que
aún Elohim los visitará y hará cumplir todas y cada una de sus promesas que les
dio a los Patriarcas. También aprendí que Jesucristo destruyó la barrera de
separación que había entre judíos y gentiles, dándonos entrada a Dios por su
sangre y de ambos hacer un solo pueblo que honre a Dios.
Pero, ¿Cuantos que se autodenominan cristianos
hoy, leen y entienden el Evangelio o la biblia y buscan que sus vidas reflejen
lo que aprenden del Libro? ¿Podrán muchos de
los que se llaman cristianos, enseñar a Cristo en sus vidas, para que
quienes lo rodean puedan leer el Evangelio de Cristo en ellos, y, de esta forma
cumplir con lo que está escrito: "Nuestras cartas sois vosotros, escritas
en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo
manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con
tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en
tablas de carne del corazón."? ¿Si esto se esperaba de los primeros
cristianos; se espera lo mismo de los cristianos hoy?
Estoy convencido que este
diputado ha leído cartas de pseudo-cristianos,
que firmaron falsamente en nombre de Cristo, y por ello condena el Evangelio a
causa de los impostores y falsificadores de cartas y lo lleva a pronunciar
palabras terribles en contra de la Palabra de Dios, tal y como lo hicieron en
su momento, los religiosos ultra-ortodoxos en los tiempos de Jesús.
En el capítulo 5 del
profeta Isaías se lee: “Por
tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja,
así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque DESECHARON
LA LEY de Jehová de los ejércitos, y ABOMINARON LA PALABRA DEL SANTO DE ISRAEL.
Por esta causa se encendió el furor de Jehová
contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron
los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo
esto no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.
En esta porción de las Sagradas Escrituras
Judías, se nos enseña la razón por la cual el pueblo judío atrajo el furor de
Elohim: 1-Desecharon la Ley de Jehová, que tiene que ver con todo lo que Moisés
les enseñó; y, 2- Abominaron la Palabra del Santo de Israel, refiriéndose a Jesucristo
como el Santo de Israel, el Escogido, el Separado, el Puro de Israel.
Hace poco más de 1970 años los religiosos
ultra conservadores del pueblo de Israel abominaron las enseñanzas de Jesús y
no las reconocieron como palabras enviadas por el Eterno, quien les mandó a escuchar
y obedecer las palabras que les traería el profeta que levantaría después de
Moisés.
En nuestros días, otro religioso ultra
conservador repite el rechazo a la Palabra del Altísimo, calificándola de
Abominación y digna del basurero de la Historia. En lo personal. Oro a Dios
para que Su Misericordia lo alcance en su ceguera y dolor. Su acto fue sin
sentido y de poca importancia. Fue la destrucción de un libro. Las verdaderas
cartas de Cristo son los cristianos quienes han sido hechos hijos de Dios por
la fe en Jesucristo y guiados por el Espíritu de Dios, viven una vida agradable
a Dios, esperando el Retorno de Nuestro Señor Jesucristo desde las nubes del
cielo en los próximos años. ¿Destrirá nuestras vidas y las botará al basurero?
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