miércoles, 10 de octubre de 2012

EL ALFA Y LA OMEGA, NOSTRADAMUS Y LOS MAYAS


YO SOY EL ALFA Y OMEGA.

 Por Dr. Emmanuel Garcia Moreno

 

Apoc. 1:1-20 y 2:8-11

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.

 

El libro de Apocalipsis es uno de los menos leídos por los que creemos en Cristo. Esto se debe a que lo consideramos un poco enredado y difícil; o porque declara muchos desastres, muertes, sufrimiento y ayes.

 

Pero es un libro hermoso y de muchísima inspiración.

 

 

 

…”La Revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que han de suceder pronto…”

 

Empecemos a examinar, escudriñar y escarbar el libro desde el principio.

 

Primero: es la revelación de Jesucristo. Quiero que sepa que en ninguna parte de las Escrituras, se afirma que determinado libro es de Dios o de Cristo.

 

Al único libro de la Biblia que se le da el nombre de Jesucristo, es el Apocalipsis. Con mucha más razón debemos saber lo que Él quiere darnos.

 

El Apocalipsis es la Revelación que Dios Padre le da a su Hijo Jesucristo. O sea, en última instancia es una clara declaración de que este libro es de autoría de Dios Padre, y dado a su Hijo, sin ningún intermediario, como lo fueron todos los demás libros de la Biblia, que fueron escritos por hombres, bajo la inspiración del Espíritu Santo.

Aquí vemos obrando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en beneficio del hombre, en todo lo que se relaciona con lo que éste debe saber sobre lo espiritual, celestial o el conocimiento.

 

Todo el Conocimiento Espiritual le es dado a Jesucristo, de manos de su Padre; para que a su vez, nos sea dado a nosotros. No busquemos en otras fuentes, el Conocimiento de lo que ha de suceder pronto. Todo se le ha revelado a Cristo y Cristo nos lo ha dado a nosotros.

 

Mucha gente hoy, está agitada por las profecías Mayas, las de Nostradamus o algún renombrado brujo. Nosotros los que creemos en Jesucristo estaremos confiados, porque Él nos ha manifestado a nosotros todas las cosas que han de suceder pronto.

 

Dios Padre no anda repartiendo revelaciones a los hombres a diestra y siniestra, hombres que andan en sus propios caminos y no andan en el Camino de la Verdad, de la Resurrección y de la Vida. Preguntemos si algún hombre, el que sea, que pretende traer o haber traído una profecía o varias profecías, supuestamente de parte de Dios; ¿Ha resucitado?

 

El único que murió y resucitó se llama Jesucristo, el Hijo de Dios, quien murió en la cruz, haciéndose digno de desatar los sellos de las profecías de los últimos tiempos. Ni Job, ni Enoc, tampoco Noé, ni Abraham, ni Moisés, Elís Isaías o cualquier otro de los profetas fgue hayado digno. Solo Cristo.

Como dice el profeta Isaías:

 

¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?


 

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.


 

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.


 

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.


 

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.


 

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.


 

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.


 

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.


 

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

 

 

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.


 

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.


 

Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.”

 

 

Al manifestarnos las cosas que han de suceder pronto, es para que estemos preparados para cuando vengan esos días. Los que no aman a Dios, ni a su Hijo, ni a su Palabra; serán tomados por sorpresa cuando lo que está revelado en Apocalipsis comience a suceder.”

 

 

Amados y apreciados. En esta porción de la Escritura hay tanto para compartir, que se nos iría todo el día y el resto de la semana en vigilias. Mi corazón ha sido impactado por estas Palabras.

 

Ellas me han hecho remontar al tiempo de su Crucifixión. Ver al Hijo de Dios, al Creador del Universo y a Aquel por quien todo subsiste y es por su Palabra; ver al que sostiene al Universo, manso y humilde en su ropaje de carne, frente a sus acusadores, jueces, verdugos y a la turba de gente que gritaban: crucifícale, crucifícale; me hizo quebrantar mi alma y caer postrado ante El.

 

Pude experimentar en este momento de adoración, su inmenso amor por mí y por toda la Humanidad. Mi corazón se derramó delante de su Grandeza. Solo atinaba a balbucear: ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria? ¿Y el hijo del hombre para que le visites?

 

¿Qué inmenso Amor te llevó oh Dios mío a que siendo en forma de Dios, no estimaste el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que te despojaste a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, humillarte a ti mismo, haciéndote obediente hasta la muerte, y muerte de cruz?

 

Todo mi ser experimentó el amor de Dios derramado en mi corazón. Solo pude percibir una chispa pequeña de tan inmenso amor: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo, para que todo aquel que en El crea, no se pierda, más tenga vida eterna”

 

En el acto de nuestra Salvación y Redención, participaron el Padre, el Hijo y el Espíritu de Dios en su gran muestra de Amor. Esta Santísima Obra, la Obra Magna del Creador, fue llevada a cabo por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

 

En Hebreos 10 se habla de lo que sucedió en el Consejo Eterno, antes del nacimiento de Cristo en Belén. El Espíritu Santo nos revela lo que sucedió en la Majestad de Su Presencia:

 

“Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.

 

 

Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.


 

Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí.


 

Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley),
y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.


 

En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”

 

Cuando desde la Eternidad el Hijo le manifestó al Padre, que El se ofrecía para agradarle, ya que las ofrendas y sacrificios ofrecidos en el Templo en Jerusalén, de acuerdo a la Ley, no lo hacían, no agradaban a Dios; el Padre estableció la única forma de agradarse a sí mismo: Entregando a su Unigénito Hijo, a una muerte atroz, denigrante y humillante.

 

Quiero que sepan, mis amados, que el asunto de la Salvación y de la proclama de la Palabra de Dios, sea por la Ley de Moisés o el Evangelio; se sintetiza en lo ya expuesto:

 

Era necesario ofrecer un Sacrificio Aceptable y Agradable a Dios, para quitar al pecado que se erigía como una barrera entre Dios y los hombres. El Unico Sacrificio aceptable, fue el del propio Unigénito Hijo de Dios.

 

El Padre recibe el Sacrificio; el Hijo es el Sacrificio y el Espíritu Santo es el que   conduce al Cordero a la Cruz y después de la muerte en la cruz; lo levanta de entre los muertos y lo eleva a la Presencia del Padre, donde es Aceptado. El Espíritu continúa participando en esta Obra de Salvación, ahora revelando a Cristo en los corazones elegidos por Dios.

 

El Padre concibe la Obra de Salvación. El Hijo la consume o ejecuta. El Espíritu de Dios la da a conocer a los elegidos y al mundo.

 

Por todo esto es que ahora puedo entender, que ningún otro hombre es digno de recibir de Parte de Dios Padre, alguna profecía sobre los tiempos de la Omega o Final de los tiempos; que solo Jesucristo es digno de recibir la Revelación de las cosas que han de pasar, de manos de su Padre.

 

 

 

“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.”

 

Recuerde: estamos en preparación de la Conferencia sobre. La Provisión de Dios en Tiempos de Crisis”

 

PRE- ANUNCIO

PRIMERTA CONFERENCIA DE LA PROVISIÓN DE DIOS EN TIEMPOS DE CRISIS

 


 

En Medio del Cumplimiento de las Profecías, de Eventos Extraordinarios anunciados para los Tiempos del Fin; es necesario conocer lo que  Dios Hará por nosotros:

Salvación, Luz y Preparación Anticipada, para vencer a la Oscuridad y las Tinieblas, que son Señales de los  Tiempos del Fin.

 

Protección y Refugio, en Medio de la Mortandad que se Avecina con el Galopar de los  4 Jinetes del Apocalipsis.

Liberación y Levantamiento de la Iglesia de Cristo,  en Medio de la Tribulación

Paz y Seguridad, en Medio de la Angustia cuando se Desate el Islam, Azote de Dios.

Fortaleza y Confianza en Medio de la Prueba, cuando El Anticristo y su Marca Reinen sobre la Tierra antes del Retorno de Cristo

Gozo y Alegría, en medio de la Aflicción cuando Israel sea Salvada de la Destrucción.


 

Expositor:   Dr. Emmanuel García Moreno

Autor del libro Islam, el Azote de Dios.


 

Lugar:                    Hotel Panamá

Salón     Cristal

Fecha:                    3 de Diciembre de 2012

Hora:                    6:00 p.m.  a   9:30 p.m.


 

 

Valor del boleto:

Boleto Platinium:  $40  Incluye: Conferencia, ejemplar del libro Islam el Azote de Dios, Coffee Brake

 

Boleto Premium:  $20  incluye: Conferencia, ejemplar del libro Islam el Azote de Dios en PDF y Coffe Brake


 

PROMOCIÓN:

COMPRE SUS BOLETOS ANTES DEL 31 DE OCTUBRE Y LLEVE UNO ADICIONAL DE CORTESIA

Por 2 boletos Platinium llévese 1 boleto Premium de Cortesía

Por 4 boletos Premiun se lleva 1 boleto Premiun de Cortesía 

 

Teléfonos: 66725359 / 65287578