martes, 27 de septiembre de 2016

2.Estar en el Espíritu, La Vida Normal del Cristiano: Avivamiento.

Se avecina la lluvia tardia del Espíritu Santo sobre la Iglesia del Señor. La lluvia temprana ocurrió hace casi 2000 años cuando descendió el Espíritu de Dios en Pentecostés y como 120 discípulos de Jesús recibieron el primer derramamiento del Espíritu, que había sido profetizado por Joel, 750 años antes. En aquella ocasión los discípulos de Jesús que recibieron ese derramamiento, hablaron en lenguas y el Poder de Dios, por su Espíritu se manifestaba en ellos dentro de las iglesias y en las calles y casas hablaban con denuedo la Palabra del Evangelio, respaldándoles el Señor con grandes prodigios, milagros y señales.

500 años después del inicio de esa lluvia tardía, las jerarquías de las iglesias apagaron al Espíritu prohibiendo que los creyentes ejercieran las  manifestaciones de los dones espirituales por los abusos que se daban y por la falta de sometimiento a la jerarquía eclesial ya establecida. Pasados 1500 años, en el año 1900 empiezan a ocurrir manifestaciones del Bautismo en el Espíritu Santo en creyentes evangélicos inconformes con la resequedad espiritual que había en sus iglesias en aquél momento: había buena doctrina, pero faltaba vida en las iglesias, algo faltaba en el Evangelio en que habían creído.

Grupos de creyentes, reunidos en torno a las Escrituras, escudriñaban la Palabra de Dios, en especial el libro de los Hechos de los Apóstoles y las cartas del apóstol Pablo a los Corintios. Dispusieron en ayunos y oración la búsqueda delante del Trono de Dios, el ser bautizados con el Espíritu Santo; y, Dios fiel a su Promesa, derramó sobre ellos de su Espíritu. Se inicia así el principio de la lluvia tardía que estaba profetizada para los tiempos postreros.

En 1948, con la creación del Estado de Israel, se inauguran los días del fin y comienza a desarrollarse el cumplimiento profético de las profecías del Fin de los Tiempos, entendiendo que el Fin de los Tiempos se refiere al Tiempo de los Gentiles y el Tiempo de los judíos para Salvación por la fe en el Evangelio. Dios sigue desarrollando su Plan Eterno delante de los ojos del mundo y de la Iglesia, pero muy pocos se aperciben de lo que está ocurriendo. Dios estableció un Tiempo en el cuál los gentiles deberían buscar la Salvación por medio de la fe en Jesucristo, mediante la aceptación del Evangelio que es poder de Dios para Salvación, hasta que entre la Plenitud de los gentiles que han de ser salvos.

El Tiempo de la Plenitud de los gentiles está a punto de acabar y por eso el Señor derramará muy pronto en abundancia de su Santo Espíritu sobre toda carne que sea salva por la fe en Jesucristo, bautizándoles en el Espíritu Santo. Hoy el Espíritu deja oír su Voz, como trompeta de Dios en Sión, para que los hijos de Dios, los que han creído en Jesucristo, se humillen ante Dios, dejen sus prácticas idólatras, laven sus pecados en la sangre de Jesucristo y clamen por la misericordia de Dios, porque el Día del Señor está cerca o, día de Tinieblas y Oscuridad para el mundo; pero de resplandor del Señor en la Iglesia, para que sea vista la gloria del Señor en ella.

Dentro de poco tiempo veremos la gloria de Dios en la Iglesia del Señor, con la manifestación de milagros, sanidades, prodigios y señales de mano de creyentes llenos del Espíritu Santo, que han experimentado el Bautismo en el Espíritu Santo. Millones de personas se convertirán al Señor, se desatará una Gran Persecución sobre la Iglesia, muriendo cristianos por millones, hasta que el Señor Arrebate a la Iglesia para encontrarse con ÉL en las nubes.