sábado, 18 de agosto de 2012

LOS DICHOS DE JEHOVA Y LOS DE JAMEINI


LOS DICHOS DEL AYATOLÁ JAMEINI Y LOS DICHOS DE JEHOVA

En su confrontación con Israel, el Ayatolá Jameini, líder espiritual supremo en Irán, ha pronunciado palabras altisonantes contra Israel, como preámbulo a la guerra que se avecina. He aquí algunas de las más recientes:

“Israel desaparecerá de la geografía mundial y que esa tierra "islámica" retornará a los palestinos”,

“Israel será borrado de la geografía mundial" y su territorio "devuelto a la nación palestina"

"La tierra islámica, lejos de cualquier duda, será devuelta a la nación palestina, y la falsa glándula inventada del sionismo será borrada de la geografía mundial"

Este digno representante del islam, religión enemiga a muerte del pueblo judío, quiere desconocer lo que Dios ha dicho sobre Israel.

ISAÍAS 13, 14

“Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz.


 Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes.

 Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria.


Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla.

 Vienen de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, Jehová y los instrumentos de su ira, para destruir toda la tierra.


 Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso.

Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre,  y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.

 He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores.  

Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor.  Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.

 Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre.  Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira.

Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob.

Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán sobre los que los oprimieron.



Y en el día que Jehová te dé reposo de tu trabajo y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir, pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!

 Quebrantó Jehová el báculo de los impíos, el cetro de los señores; el que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y las perseguía con crueldad.  Toda la tierra está en reposo y en paz; se cantaron alabanzas.  Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.   

 El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.  Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?

Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.



¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

 Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?

Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada;  pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado. No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos.

Preparad sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen de ciudades la faz del mundo.



Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová.

Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos.


Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado;  que quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro.

Éste es el consejo que está acordado sobre toda la tierra, y ésta, la mano extendida sobre todas las naciones.

Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder?”

No pretendo detenerme en los dichos de Jameini; pero sí en los de Jehová.

Algunos creerán que esta profecía se cumplió ya en los tiempos de la caída de Babilonia en manos de los medo-persas o cuando Alejandro Magno; yo creo diferente. Se cumplió en parte y la otra parte está por cumplirse.

Le invito a notar lo siguiente, que no se cumplió en la antigüedad:

  1. La procedencia de los ejércitos para los tiempos postreros es de muy lejanas tierras.
  2. Habla del día de Jehová. Expresión reservada para los postreros días.
  3. Señala eventos celestiales que no se dieron en la antigüedad; pero se darán en los postreros días.
  4. Será tiempo de castigar al mundo por su maldad.
  5. Conmoverá los cielos y la tierra. Los sacudirá
  6. Extranjeros se unirán a los judíos cuando Dios termine su obra.
  7. Los judíos esclavizarán a quienes los oprimieron.
  8. Los judíos se enseñorearán sobre sus enemigos los asirios.
  9. Los judíos hasta hoy no han tenido reposo; se les promete reposo.
  10. Habrá abundancia de paz, después de destruir al rey de Babilonia.
  11. El rey de Babilonia futuro pondrá como desierto a la tierra. Aquí señalo que estoy convencido de que este personaje será el mesías islámico, el ungido de Alá o el Mahdi, quien desolará la tierra y al final será vencido por el Rey de Israel, según la visión de Daniel.
  12. Este rey de Babilonia no será sepultado, no morirá, como lo establece Daniel y Apocalipsis.
  13. El Asirio o rey de Babilonia será quebrantado en Israel.

No tengo la menor duda de que la aparición del desolador del cual nos habla Daniel, podrá surgir de entre el caos que se desatará en la inminente guerra Irán/Israel que se nos viene encima.

Este desolador contenderá contra el Dios de Israel, como ahora lo hace Alá y sus seguidores. Cuando aparezca el ungido de Alá, cumplirá en él todo lo que fue predicho por Daniel y lo que establece Apocalipsis.

Las repercusiones de este conflicto se extenderán por todo el mundo, provocando una guerra mundial y veremos cumplirse lo dicho por Isaías 24.

 Al final lo que Dios tiene establecido para Israel se cumplirá

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