domingo, 2 de octubre de 2016

Estar en el Espíritu: Ejerciendo el Sacerdocio Eterno







"Dios estableció dos sacerdocios para ofrecerLe sacrificios aprobados y aceptables delante de su Santidad. El Aarónico y el de Melquisedec. El primer, terrenal, imperfecto y corruptible por el pecado y la muerte, era solo una figura del Sacerdocio Santo, incorruptible y Eterno de la Orden de Melquisedec.

El Sacerdocio Eterno de Melquisedec fue establecido el día en que Jesucristo Hombre, resucitado y ascendido a los Cielos a la Majestad en las Alturas, se presentó ante el Trono de su Padre con la sangre bendita santa y pura que derramó como Cordero Inmolado, con su propio sacrificio en la Cruz del Calvario.

Su Sacrificio fue agradable y Perfecto ante los ojos del Padre, y fue llamado por ÉL a sentarse en su Trono a su Diestra, hasta que todos sus enemigos fuesen puestos por estrado de sus pies.

En su nueva posición de Gloria y Poder, Jesucristo Hombre inició el ejercicio de su nueva obra: Abogado de sus hijos, comprados con su sangre, y Sumo Sacerdote del Orden de Melquisedec, Sacerdocio Eterno, ejerciendo su Ministerio incorruptible y Santo ante el Padre.

Estableció en la Tierra a reyes y sacerdotes, que ejercieran este nuevo sacerdocio eterno en el Templo de Dios, sacrificios, ya no de animales, sino de frutos de labios que confiesen el Nombre que es sobre todo nombre: el de Jesucristo el Hijo de Dios y Salvador nuestro.

Hoy el Señor está restaurando el Tabernáculo caído de David, el verdadero Tabernáculo de Dios, para que todos los que invoquemos su Nombre, ministremos a Dios Padre en Su Nombre, Alabanzas, Acciones de Gracias, Salmos, cánticos nuevos, cánticos espirituales, por medio del Espíritu Santo, con olor grato de Cristo, haciendo la Voluntad de nuestro Padre que está en los Cielos.

Hoy, el Espíritu Santo nos está guiando a cumplir este santo llamamiento, a todos los que somos de Cristo y estamos en ÉL como Nueva Criatura que somos.

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