jueves, 19 de julio de 2012

LAS CARTAS DE CRISTO


Hace poco en la Knesset, un miembro del partido Halhud HaLeumim, el diputado Michael Ben-Ari, expresó su radicalismo religioso, desgarrando un ejemplar del Evangelio que le fue regalado, y pronunciando estas palabras: “Este libro abominable promovió el asesinato de millones de judíos durante la Inquisición y los autos de fe… no hay duda de que este libro…pertenece a la basura de la Historia.”

Actos como el descrito, son dignos de un análisis profundo para entender el actuar de hombres cautivos del extremismo religioso o cualquier otra forma de extremismo. No dudo de que lo sucedido en el parlamento israelí cuenta con la aprobación bulliciosa o silenciosa de muchos en Israel y en el mundo judío. El hecho retrata parte de la cultura o el sentimiento judío, quienes se han sentido hace cientos de años, perseguidos y atropellados por quienes se decían y dicen seguidores de Cristo.

El mundo vive hoy las consecuencias del extremismo religioso de grupos cada vez más nutridos, de islámicos ultra derechistas, que asesinan sin ningún tipo de miramiento, a criaturas inocentes que son el objeto de sus odios, como es el asesinato de 7 u 8 jóvenes judíos que vacacionaban en Bulgaria; o, de inocentes feligreses que asistían a sus iglesias en Nigeria o Mali. Este extremismo es una muestra fehaciente de lo que significa ser esclavo de la rigidez religiosa, que en nombre de un ser supremo,  asesina con fervor entusiasta a sus semejantes.

Así como hoy el extremismo islámico se extiende por el mundo; en la antigüedad el extremismo religioso de la iglesia Católica Apostólica Romana, cobró incontables víctimas inocentes que sucumbieron en nombre de un Cristo desconocido y desfigurado por la ignorancia y el fanatismo eclesiástico de la época.

En la época de la Inquisición era pecado leer la biblia y el solo hecho de tenerla era causa de muerte. Justamente por haberse mantenido alejada la biblia de la sociedad, ésta cometió infinidad de atrocidades en nombre de Cristo. Aún entre los mismos sacerdotes, muy pocos leían la biblia y, qué decir de comprenderla.

Jesús mismo, quien fue el objeto del extremismo religioso de los líderes judíos de su época, los perdonó en la cruz y oró por ellos pidiéndole a Dios Padre los perdonara y no les tomase en cuenta ese pecado de ignorancia. Enseñándonos a sus seguidores, a mantener el mismo espíritu de tolerancia y comprensión hacia aquellos que actúan bajo la ceguera espiritual, aunque sean líderes religiosos y guías de gente en los terrenos del espíritu.

En la psiquis del pueblo judío, pareciera estar arraigado el pensamiento de que las atrocidades a la que fueron sometidos a través de los últimos 1900 años, se debieron a lo que enseña el Evangelio. Sin temor a equivocarme, considero que esta no es una lectura apropiada de la Historia, tampoco del Evangelio, si es que se toman la molestia de leerlo.

Si bien la mayoría de los países en la que vivieron y aún viven durante la última diáspora, se les denomina cristianos, por ser de mayoría de confesión de esta religión, habría que preguntarse si en realidad ¿eran naciones cristianas?, ¿dominadas por las enseñanzas del Evangelio o las enseñanzas de la Iglesia Católica Apostólica Romana?. O en el caso de Alemania y Norteamérica, ¿eran naciones cristianas?, ¿dominadas por las enseñanzas de la iglesia Protestante, o por el Evangelio?

He leído y escudriñado una infinidad de veces el Evangelio y no he encontrado ninguna sola línea que me enseñe a odiar, perseguir, matar o destruir a los judíos. Lo que sí he encontrado es el relato <de hechos históricos> del rechazo de los dirigentes religiosos del pueblo judío de la época, a las enseñanzas de Jesús y a su persona, por causa de un comportamiento fuera de toda ortodoxia, como la de sanar enfermos en sábados, comer con recaudadores de impuestos, aceptar las muestras de reconocimiento y gratitud de una mujer pecadora, cuando le lavó los pies con sus lágrimas y los ungió con alabastro, y por llamarse Hijo del Hombre,  hacerse igual a Dios al declarar que El y el Padre Uno son y aceptar ser el Mesías esperado por los judíos.

También está el registro histórico del juicio amañado de Jesús en el cual se le condena a muerte a mano de las autoridades romanos, instigadas por las autoridades religiosas judías, quienes querían deshacerse de este hombre tan incómodo. En ninguna parte encontré en las páginas del Evangelio ninguna condena a las autoridades judías por la muerte de Jesús; pero, lo que sí encontré fueron muchas referencias a que “así tenía que suceder para que se cumplieran lo que está escrito de Jesucristo en las Escrituras Judías”.

 Creo que la ignorancia de este diputado, en cuanto al mensaje del Evangelio, lo lleva a cometer actos sin sentido y provocadores de rechazo, porque el Evangelio es transformador de vidas, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.

Puedo dar testimonio de que en mis años mozos, estaba empapado de un sentimiento antisemita, pero no por ninguna enseñanza de alguna iglesia, fuese católica o protestante, sino por la clase de lectura a que le dedicaba mi tiempo, entre ellos Mi Lucha de Adolf Hitler. Cuando vine a los pies de Cristo, reconociéndole como mi Salvador y redentor, quien murió en la cruz en mi lugar y llevó sobre sí mis pecados, recibiendo la ira de Dios que debía recaer sobre mí a causa de vivir ofendiendo a Dios con mis actos, tuve una gran hambre por conocer la Palabra de Dios y empecé a leer las Escrituras Sagradas de los judíos y el Evangelio, en ese orden, y mi corazón empezó a ser transformado, y el menosprecio que abrigaba por los judíos fue cambiando por un gran amor, agradecimiento y admiración por el pueblo escogido.

Tanto en la Torá, en los profetas y en el Evangelio, aprendí que ese es el pueblo amado de Dios y que aún Elohim los visitará y hará cumplir todas y cada una de sus promesas que les dio a los Patriarcas. También aprendí que Jesucristo destruyó la barrera de separación que había entre judíos y gentiles, dándonos entrada a Dios por su sangre y de ambos hacer un solo pueblo que honre a Dios.

 Pero, ¿Cuantos que se autodenominan cristianos hoy, leen y entienden el Evangelio o la biblia y buscan que sus vidas reflejen lo que aprenden del Libro? ¿Podrán muchos de  los que se llaman cristianos, enseñar a Cristo en sus vidas, para que quienes lo rodean puedan leer el Evangelio de Cristo en ellos, y, de esta forma cumplir con lo que está escrito: "Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón."? ¿Si esto se esperaba de los primeros cristianos; se espera lo mismo de los cristianos hoy?

Estoy convencido que este diputado ha leído  cartas de pseudo-cristianos, que firmaron falsamente en nombre de Cristo, y por ello condena el Evangelio a causa de los impostores y falsificadores de cartas y lo lleva a pronunciar palabras terribles en contra de la Palabra de Dios, tal y como lo hicieron en su momento, los religiosos ultra-ortodoxos en los tiempos de Jesús.

En el capítulo 5 del profeta Isaías se lee: “Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque DESECHARON LA LEY de Jehová de los ejércitos, y ABOMINARON LA PALABRA DEL SANTO DE ISRAEL.



Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

En esta porción de las Sagradas Escrituras Judías, se nos enseña la razón por la cual el pueblo judío atrajo el furor de Elohim: 1-Desecharon la Ley de Jehová, que tiene que ver con todo lo que Moisés les enseñó; y, 2- Abominaron la Palabra del Santo de Israel, refiriéndose a Jesucristo como el Santo de Israel, el Escogido, el Separado, el Puro de Israel.

Hace poco más de 1970 años los religiosos ultra conservadores del pueblo de Israel abominaron las enseñanzas de Jesús y no las reconocieron como palabras enviadas por el Eterno, quien les mandó a escuchar y obedecer las palabras que les traería el profeta que levantaría después de Moisés.

En nuestros días, otro religioso ultra conservador repite el rechazo a la Palabra del Altísimo, calificándola de Abominación y digna del basurero de la Historia. En lo personal. Oro a Dios para que Su Misericordia lo alcance en su ceguera y dolor. Su acto fue sin sentido y de poca importancia. Fue la destrucción de un libro. Las verdaderas cartas de Cristo son los cristianos quienes han sido hechos hijos de Dios por la fe en Jesucristo y guiados por el Espíritu de Dios, viven una vida agradable a Dios, esperando el Retorno de Nuestro Señor Jesucristo desde las nubes del cielo en los próximos años. ¿Destrirá nuestras vidas y las botará al basurero?

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