domingo, 14 de octubre de 2012


LA REVELACIÓN DE JESUCRISTO

 

Por: Dr. Emmanuel Garcia Moreno

 

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”

 

 

Ap. 1:1

 

 

Por Dr. Emmanuel García Moreno

 

 

Hoy es domingo, el día del Señor, día de estar en la Casa del Padre, en comunión con El y ministrándole Alabanzas, Acciones de Gracias y Adoración.

 

 

Presentémonos hoy como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es nuestro culto racional.

 

Hoy el Señor se ha de manifestar de una manera especial a nuestras vidas. Entenderemos su nombre Alfa y Omega, Principio y Fin, con el cual se nos da c conocer en la Revelación dada a Juan en el libro de Apocalipsis.

 

 

El Espíritu de Dios nos cela celosamente, como novia del Cordero. Nos fue dado para guiarnos a toda Verdad.

 
En este tiempo, nuestro Dios y Padre quiere mostrarnos, mediante la revelación de su Hijo en nuestros corazones por la acción del Espíritu Santo, su amor y cuidado que como Padre tierno y solícito tiene con cada uno de nosotros.

 

 

El Espíritu me da testimonio que se acerca un despertar grandioso de la iglesia en estos días. Hay tesoros en la Palabra, que no han sido explorados por la iglesia del Señor por estar distraída y ocupada en otros menesteres, como cuando Marta al recibir a Jesús en su casa, estaba afanada en la preparación de la comida para El y para sus amigos que le acompañaban.

 

 

En aquella ocasión, María su hermana se sentó a los pies del Señor y embelesada, recibía toda la Palabra que salía de su boca. María se había olvidado del mundo, de sus quehaceres cotidianos.

 

 

El Señor estaba en su casa. María entendía la grandeza del momento que le tocó vivir. El Hijo de Dios estaba en su casa, al alcance de su mano, traía enseñanza nueva para dar, y ella quería estar cerca. No quería perderse ese momento de Visitación

 

 

Cristo viene hoy a nuestra casa. Hoy es día de Visitación. Seamos como María, quien se acomodó a los pies de Cristo para recibir de El, Palabra Viva. Dejemos todo afán de nuestras vidas y corramos a su Presencia porque El tiene Palabras de Vida Eterna.

 

 

Marta se quedó atrapada en el afán del día a día.

 

 

En Lucas 10 está el relato de este encuentro.

 

 

“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.



 

Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.



 

Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.


Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.



Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”.

 
Como Marta hay muchos cristianos. Cristo es parte de sus vidas, pero no es lo más importante. Ella escogió otras cosas a as cuales dedicarle su atención; pero la necesaria, esto es estar en comunión con Cristo, la descuidó.

 
Marta se quedó ese día impregnada de los olores de la cocina y de la mesa. Olía a cebollas y ajos; en cuanto María se impregnaba del olor fragante de Cristo, olor a Vida, olor a Eternidad.

 

 

Hoy es día de Visitación. Seamos como María y acudamos a estar a sus pies. Cristo tiene revelación hoy para su pueblo. Hoy es día de Visitación.

 

 

Juan, cuando recibió la Revelación de Apocalipsis, estaba en el día del Señor; y, estaba en el Espíritu.

 

 

Cuando estamos en el Espíritu, Dios nos dará una revelación nueva de Cristo en nuestras vidas.

 

 

Juan había caminado con Jesús durante los tres años de su ministerio. Le conocía muy bien. Pero conocía al Jesús terrenal. Al Jesús que debía padecer en la cruz. En la resurrección, Juan experimentó, junto a los demás apóstoles y discípulos, las apariciones frecuentes de Jesús resucitado. Pero Cristo aún no había subido a la Gloria del Padre.

 

 

Este domingo, cuando Juan se ocupaba de la oración, el ayuno y de la meditación en su Palabra, estando en el Espíritu, esto es lleno de su Presencia durante su devocional; Dios le da esta Revelación fresca.

 

 

El Espíritu conduce a Juan a las interioridades del Santuario y abre sus ojos para que vea y conozca a Cristo de una manera diferente a como lo había conocido.

 

 

Ahora sus recuerdos del Jesús debilitado en su cuerpo de carne, empalidecieron ante la gloriosa Presentación del Cristo en los Cielos.

 

 

 

Juan recibió una Visitación de Cristo Glorificado. Nosotros necesitamos que Cristo glorioso se manifieste en nuestros corazones y le conozcamos como el Alfa y Omega. Como Alfa y Omega, se nos revelará en cada porción de la Palabra en la cual meditemos.

 

 

Cristo está presente en cada jota, tilde, punto, coma, palabra, frase u oración de la Palabra de Dios. Permitamos que el Espíritu de Dios nos conduzca a toda verdad y nos de a conocer el amor de Dios que excede todo conocimiento.

 

 

La Revelación de Jesucristo. Dios quiere revelar su Hijo en mí hoy. Ya le conozco como Cristo mi Salvador; ahora quiero conocerle como El Que ha de Venir, para que mi corazón y mi alma se gocen en esta esperanza de su muy pronto Retorno.

 

 

Necesitamos que el Padre en su gran misericordia, nos revele a Cristo el Que Viene, para dejar aquellas cosas que nos han atrapado y distraído en cuanto nos alejaban de la comunión con El, junto a sus pies, en donde deberíamos estar.

 

 

Solo El puede sacarnos de la religiosidad en que hemos caído por haberle desplazado del primer lugar en nuestro corazón. Marta tenía a Cristo en su corazón, pero lo tenía hablando solo. No escuchaba su Voz por estar distraída.

 

 

Marta no estaba haciendo nada indebido. Ella estaba haciendo cosas lícitas; pero había descuidado lo más necesario.

 

 

Marta estaba afanada en servirle al Señor y en cómo hacerlo, descuidando lo más necesario: Estar en comunión con El, recibiendo Palabra fresca. Marta era una sierva de Jesús. Ella le servía; pero en el afán del servicio a Cristo, descuidaba la mejor parte.

 

 

Jesús nos enseña con esta Palabra. “María escogió la mejor parte”, que el servir es bueno; pero estar en su Presencia es mejor.

 

 

Escojamos hoy la mejor parte. Escojamos estar en su Presencia a cada momento. Cristo quiere darse a conocer de una manera real y poderosa en la intimidad con El.

 

 

A la Casa del Señor vayamos.

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Bendiciones

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